El primer elemento corresponde al enfoque en la generación de relaciones positivas entre empleados. 

En nuestra experiencia, así como en la de muchos de nuestros clientes, es común ver que los líderes pidan y hasta exijan que sus empleados hagan equipo o mejoren su manera de interactuar con otras personas de la empresa, sin embargo también es común que los líderes no expliquen a sus empleados cómo pueden hacer esto, y menos que los capaciten para lograrlo ya que asumen que no tienen tiempo para ello y que sus empleados deben de ser automotivados y tan profesionales en su actuar que deben de lograr esto por sí mismos.

Si bien éste sería el ideal para cualquier empresa, es evidente que si no sucede, es porque los empleados aún no son capaces de hacerlo y por lo mismo hay que intervenir en esas situaciones y poner algún mecanismo de cambio o control que ayude a los empleados a mejorar sus relaciones interpersonales.

A continuación compartimos con ustedes 3 recomendaciones para lograr esto:

Crear un equipo de energizadores positivos

Un energizador positivo es aquella persona que hace que otros sientan más vitalidad al interactuar con él, hace que sus compañeros se sientan más animados para hacer su trabajo, levanta la moral del equipo y es buscado por otros para tomar consejo de él o porque saben que pueden contar con su apoyo sin problemas.

Por lo tanto el líder debe de encontrar aquellos energizadores positivos en cada área de su organización y crear un equipo con todos ellos cuya misión sea precisamente mantener elevado el nivel de motivación y energía de la organización, así como fomentar las relaciones positivas entre los empleados. Será responsabilidad de cada líder definir los niveles de motivación y energía esperados y cómo los van a canalizar a la realización de las metas organizacionales, así como también el tipo de relaciones y diálogos que desean fomentar entre los empleados, pero éstos son sólo detalles, lo importante es tener la estructura de líderes (energizadores positivos) que llevarán a cabo esta actividad.

Institucionalizar el enfoque hacia la creación de emociones positivas

Está científicamente demostrado que los sentimientos positivos optimizan el funcionamiento del cerebro para que éste utilice mejor todos sus recursos cognitivos y fisiológicos y rinda mucho mejor que bajo condiciones de estrés. El Hearth Math Institute explica como sentimientos positivos como la gratitud, la apreciación, la compasión, la contribución a los demás y entre otros pueden sincronizar los ritmos del cerebro y del corazón, creando un estado totalmente medible llamado coherencia. En este estado óptimo los sistemas corporales funcionan más eficientemente, generando un mejor balance de emociones y un estado mental más claro y funcional.

Otro ejemplo es la Teoría de la ampliación y construcción de emociones positivas de la doctora Bárbara L. Fredrickson, una de las principales promotoras del positivismo y la psicología positiva. Esta teoría nos dice que las emociones positivas nos amplían el foco de atención, haciéndonos ver el todo o el sistema completo en lugar de enfocarnos en detalles solamente (ver el bosque contra ver el árbol), nos predisponen a explorar, experimentar y aprender para construir y crear nuevas ideas, mejoran nuestra resiliencia y nos ayudan a socializar más y mejor.

Lo anterior sirve como refuerzo para que los líderes refuercen el tema de la inteligencia emocional y capaciten a sus empleados en este concepto; además también nos muestra la importancia de fomentar los sentimientos positivos en la empresa, en lugar de permitir que florezcan los negativos como el bullying, la crítica constante, las quejas, las amenazas y las políticas sin sentido que causan frustración en los empleados.

Fomentar valores y creencias positivos y de colaboración.

El líder también es responsable de las creencias que subyacen en su empresa u organización. Comunmente vemos líderes enfocados en dar resultados y se olvidan de las bases invisibles que hacen que los resultados se manifiesten (el factor humano). Dos de estas bases son precisamente las creencias y sobre todo los valores corporativos que usualmente están descritos pero no se viven como debería.

A nivel de relaciones personales, compartimos con nuestros clientes la idea de John Maxwell que nos indica que hay 3 preguntas que siempre se hacen las personas al conocerte:

¿Te interesas por mí?

¿Puedes ayudarme?

¿Puedo confiar en ti?

Si la respuesta a estas 3 preguntas es positiva, se pueden fomentar relaciones muy exitosas entre los empleados de una organización y para lograr esto es importante que los valores que subyacen a estas 3 preguntas:

Interés y valoración de los demás

Un enfoque activo en la coalboración y ayuda de los compañeros

Integridad, responsabilidad y honestidad de los empleados

Estén impregnados en la mente y el corazón de todos. Obviamente ésto no es una tarea que se lleva a cabo de la noche a la mañana y menos cuando existe una historia de desconfianza, desilución, desinterés, etc. Pero es nuestra creencia que el futuro se crea hoy y que el pasado no es igual al futuro si actuamos para modificarlo, por lo que un buen líder sabe que en cualquier momento puede realizar un cambio verdadero, primero promoviéndolo con el ejemplo y posteriormente institucionalizando comportamientos virtuosos estratégicos y midiendo que éstos se estén llevando a cabo.

Existen múltiples maneras de lograr un cambio radical en la cultura organizacional para mejorar las relaciones entre las presonas, sin embargo las 3 que hemos mencionado anteriormente representan algunas de las estrategias más exitosas que nuestros clientes han puesto en marcha y por ello quisimos compartirlas en este blog. Esperamos que al aplicarlas también vean un cambio radical en la interacción de sus empleados.